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La familia materna de Vlady estaba integrada por las siguientes personas:


Los abuelos:


-Alexander Ivanovič Rusakov (1875-1934). De origen judío, su verdadero apellido era Ioselevič, pero, al casarse, adoptó el apellido de su esposa, Olga Grigórievna Rusakova.

-Olga Grigórievna Rusakova (1876-1947). Detenida en enero de 1937 bajo la acusación de pertenecer a una organización trotskista, junto a sus hijos, Paul Marcel, Joseph y Esther. Murió en el campo de Vyatlag.

Alexander y Olga tuvieron siete hijos:

-Bluma (Liuba) Alexandrovna Rusakova (1898-1984), esposa de Victor Serge y madre de Vlady, nació en Rostov-en-el-Don. Estuvo recluida durante más de cuarenta años en una clínica psiquiátrica de Aix-en-Provence, Francia, donde murió.

-Rachèle Alexandrovna Rusakova (1900-¿?1970). Nació en Rostov. No siguió a su familia en Rusia porque optó por quedarse en Marsella donde vivió toda su vida. Se casó con Witold Sosnowsky.

-Joseph Alexandrovič Rusakov (1902-1954). Nació en Rostov. De profesión marino. Detenido en enero de 1937, pasó varios años en el Gulag.

-Éugénie, [Evgenija, Jénie], Alexandrovna Rusakova (1903-1962). Conocida como Jenny, nació en Rostov. Se casó en 1921 con el historiador y traductor Pierre Pascal (1890-1983) quien había desertado del ejército francés para sumarse a la causa revolucionaria. Obtuvo el permiso de abandonar la URSS junto a su marido en 1933. Murió en París.

-Anita Alexandrovna Rusakova (1906-1993). Nació en Buenos Aires, cuando la familia vagaba de puerto en puerto buscando refugio. En la URSS, fue detenida dos veces. Primero en 1933 y luego en 1936. Pasó 20 años en el Gulag. Vlady la encontró en ocasión de su primer viaje de regresó a la URSS (1987).

-Paul-Marcel Alexandrovič Rusakov (1908-1973). Nació en Marsella. Músico. En 1925, musicalizó poemas de Alexander Blok y Vladimir Mayakovski para una puesta en escena del escritor Daniil Jarms, futuro esposo de su hermana Esther. El 20 de noviembre de 1937, fue condenado a 10 años de trabajos forzados. Estuvo preso en el campo de Vyatlag, donde organizó sesiones de teatro musical. Wikipedia en ruso lo menciona como un importante autor de música popular.

-Esther Alexandrovna Rusakova (1909-1938). Nació en Marsella. En la URSS se casó con el escritor Daniil Ivanovič Jarms (Juvačev, 1905-1942). Murió en el Gulag, igual que su marido.


Los Rusakov en los recuerdos de Vlady


“La familia de mi madre [Liuba Rusakova] condensa el drama de un pueblo que hizo una revolución y la vio evaporarse. Los Rusakov eran muchos, muy ruidosos y de muchos sentimientos. De origen judío, el abuelo Alexander era anarquista y combatiente de la revolución en 1905. Emigrado a Francia había sido sombrerero, tintorero y lavandero. Como muchos revolucionarios de esa época era muy orgulloso de su oficio. Lo recuerdo repitiendo: pon un sombrero de fieltro por debajo de un tren y yo te lo devuelvo como nuevo. En Marsella había sido secretario del sindicato de marinos rusos y contacto de los partidos ilegales de Rusia: bolcheviques, mencheviques, anarquistas. De esta manera, había conocido a dirigentes revolucionarios como Radek, Lunacharski y otros. Fue expulsado de Francia en 1918, junto a su mujer e hijos, por organizar acciones de apoyo a la revolución. Mi padre y mi madre se conocieron en Dunquerque, antes de embarcarse con rumbo a la Rusia de los soviets.

Los Rusakov se establecieron en Petrogrado, no lejos de mi padre y mi madre que vivían en el Astoria, el hotel para ricos convertido en residencia de revolucionarios. El abuelo entró a trabajar como obrero en una fábrica de sombreros. En 1921 lo afectó mucho la represión de la insurrección de Kronstadt y participó en un intento de mediación promovido por Emma Goldman y Alexander Berkman. Después, junto a mi padre y otros, fundó la Comuna agrícola de Novaya Ladoga, al norte de Petrogrado. Fue una experiencia difícil y de corta duración. Los campesinos no querían saber de colectivización: ¡querían la tierra para ellos mismos!

A pesar de su fe anarquista, yo diría que el abuelo era más bien apolítico y, sin decirlo abiertamente, siempre le reprochó a mi padre de haber arruinado la vida de mi madre con su activismo. Recuerdo cuando nos acompañó a Oremburgo, en Siberia a donde mi padre había sido enviado por sus convicciones anti-estalinistas. Cuando se despidió, en la escalinata de la isba, me dio sus últimos consejos: -La política... no te metas. No te metas.... y levantó la mano a manera de amenaza. Me quedé muy impresionado porque sentí que era un reproche para mi padre quien estaba sentado tras de nosotros. Yo me hundí en sollozos. Fue nuestro último encuentro: el abuelo murió a los pocos meses y nunca volví a verlo.

Mi tío Paul Marcel, hermano de mi madre, era un músico de improvisaciones espléndidas. Había nacido en Marsella, era bilingüe y un poco raro: siempre se quejaba de su estado de salud y afirmaba padecer siete enfermedades mortales. Lo recuerdo en la casa de los abuelos: llegaba como un oso del sindicato de músicos, con un abrigo enorme adentro del cual sudaba todo el tiempo. Entraba y se sentaba en el piano con el abrigo puesto. Empezaba a tocar como un loco, siempre enojado: el piano temblaba y la casa también. Cuando yo llegaba, el sonreía y se calmaba. Entonces me tocaba la Marcha turca.

Cuando se desató la persecución contra mi padre, arremetieron también contra la familia de mi madre. Una de mis tías, Jénie, logró regresar a Francia con su marido, el historiador Pierre Pascal, pero los demás murieron o pasaron largos años en algún campo de concentración, al igual que millones de rusos. Mi tío Paul-Marcel estuvo preso décadas y fue testigo de muchas cosas. Cuando salió hacia finales de los años 50, se puso en contacto conmigo y me escribió de sus experiencias. En una de sus cartas relataba que, mientras yacía en una cama de hospital del campo (tenía pulsiones suicidas y se colgaba a cada rato) vio a una señora limpiando el piso. De repente, levantó la cara y ... era su mamá (mi abuela) que, sin que mi tío lo supiera, también estaba presa. Hacía mucho que no se veían madre e hijo: entre lágrimas se dieron un gran abrazo bíblico, pero inmediatamente los volvieron a separar. Algunos años después, en otro hospital, tío Paul se percató de una viejita agonizante en una cama: era la abuela que se estaba muriendo”.

Vlady

Testimonio recopilado por Claudio Albertani