Vladímir Kibálchich Rusakov, mejor conocido como Vlady, nació el 15 de junio de 1920 en Petrogrado, en plena guerra civil. Era hijo de Victor Serge, escritor y militante, y de Liuba Rusakova, estenógrafa adscrita a la oficina de Grigori Zinóviev, el presidente de la Internacional Comunista. Su vida está marcada por la experiencia de la revolución traicionada y las grandes tragedias del siglo XX: el estalinismo, el nazismo, la persecución, las desapariciones forzadas, los exilios. Vlady nunca fue un militante en sentido tradicional, pero siempre percibió la responsabilidad de mantener vivo el legado de su familia, misma que fue en gran parte exterminada. Eligió ser pintor porque la pintura le brindó un lugar en el mundo, dio sentido a su vida y le ofreció la posibilidad de superar la angustia. Desde muy pequeño dibujó de todo: familiares, amigos, la vida cotidiana, paisajes, el aire, las olas del mar... Más tarde realizó copias y paráfrasis de obras clásicas y finalmente alcanzó a concebir sus propias creaciones que siempre muestran un carácter introspectivo. En esta sección se exploran algunos de sus trabajos infantiles, diversos momentos de sus muchos exilios, retratos, autorretratos y algo de obra erótica.