En abril de 1936, Serge obtuvo el permiso de regresar a Occidente, justo antes de que comenzaran los Procesos de Moscú. La familia vivió un corto tiempo en Bélgica y luego en Francia. Es en París donde el artista tomó la decisión de dedicarse profesionalmente a la pintura. Recorrió museos, especialmente el Louvre, su verdadera escuela, y por un breve tiempo acudió a la academia de arte La Grande Chaumière. Eran los años de la revolución española y, gracias a los contactos de su padre, el artista frecuentó a los militantes del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM) y a los surrealistas, especialmente André Breton, Oscar Domínguez, Victor Brauner y Wifredo Lam, entre otros. Empezó, asimismo, a hacer bocetos, acuarelas y reflexiones en cuadernos, una costumbre que conservaría por el resto de sus días. En 1940, cuando los nazis ocuparon París, Vlady, Victor Serge, la nueva compañera de éste, Laurette Séjourné (Laura Valentini) y un militante español, Narcis Molins i Fábrega, huyeron hacia el sur de Francia y vivieron un tiempo en una casona de Marsella, la villa Air-Bel, junto a André Breton y otros surrealistas.